13/3/08

Un extraterrestre en la tierra media





Cada día en que se acumulaban los recuerdos e informaciones en su cerebro, sacaba una placa rígida, transparente y apoyaba su dedo en ella. Sin necesidad, si quiera, de moverlo y mediante éste sus pensamientos llovían sobre ella en forma de letras: así escribía su diario…

Día I
Niebla espesa, mis censores de visión se encendieron y divisé la cadena de montañas que en mi mapa figuraba, majestuosa. Me detuve, mis sentidos se agolparon, intenté relajarme y me fijé en que todas las cosas estuvieran listas. Continué caminando.

Día II
Gritos en el aire, aves extrañas sobrevolando. Mi cuerpo pegado al piso se arrastró sigilosamente. El aroma de las flores me mareó, sentí nauseas.
A lo lejos estaban las minas “Los Ranales”, debía llegar a ellas según mis instrucciones. El miedo comenzó a devorarme.

Día III
Descansé entre dos montículos duros llamados “rocas”.La tranquilidad, se manifestó en la mañana.
Los feroces osos negros, que tanto temía, no se materializaron.
Me dirigí rumbo a la “Piedra de las tres cuadernas”.
Los vientos fueron fuertes, como se me había advertido, En mi cuerpo encorvado se sintió la resistencia, pero los atravesé y me dirigí al pueblo “Del Agua”.

Día IV
Llegué al sitio señalado como mi objetivo, Hobbiton estaba en frente de mí. El lugar era extraordinario, cada parte de mi ser deseó absorber la belleza y guardarla. Esto no debió retenerme, la búsqueda de Frodo estaba pendiente.

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